Desde que nacen, los niños y niñas mantienen múltiples interacciones con su entorno, dando significado al mundo que los rodea. A medida que interactúan con los diversos elementos y objetos que tienen a su alrededor, van comprendiendo sus características y las relaciones entre unos y otros, con lo cual van desarrollando progresivamente el pensamiento matemático. Así, desde los primeros años, amplían la comprensión de su entorno, de la realidad y aprenden a desenvolverse en la vida cotidiana.