Descripción

Ubicado a 40 kms. al sureste de Tierra Amarilla y a 67 kms. al oeste de Copiapó, en la III Región de Atacama, el Palacio Incaico de la Puerta es parte del sitio arqueológico del mismo nombre. El sitio, a juzgar por su alta densidad de tumbas y habitaciones, fue tal vez el más importante de los asentamientos demográficos en la cuenca del Copiapó prehispánica. De acuerdo a los estudios arqueológicos, la formas y dimensiones en la arquitectura del palacio son el resultado del encuentro cultural entre incas y diaguitas. Sus dimensiones son las de un recinto pircado de 30 x 40 metros, de un metro de altura aproximado. Su distribución arquitectónica y sus características hacen pensar que pudo haber funcionado como centro administrativo. El pequeño palacio está rodeado de dos cementerios destinados a enterramientos de tipo tumular. Las campañas de excavación han puesto en evidencia que las tumbas pertenecen al Período Medio. Se ha descubierto, además, que conservan viejas tradiciones del Complejo El Molle de Copiapó. Estos hallazgos hechan por tierra la teoría que por mucho tiempo sostuvo que los restos del sitio correspondían a las ruinas del fuerte que Juan Bohón erigiera en su campaña de pacificación del valle. Por el contrario, todo el complejo fue realizado por indígenas precedentes a la llegada hispana. Desde el punto de vista arqueológico, se distingue en el distrito de La Puerta un yacimiento de enormes amontonamientos de tierra en una terraza de lado derecho del río. El otro lado, denominado por los arquéologos como La Puerta A, corresponde al cono aluvial de la quebrada principal. Ahí se han encontrado más de 100 túmulos funerarios junto a numerosas estructuras habitacionales, estas últimas distribuídas en el margen izquierdo del manto fluvial. La gran mayoría de las estructuras habitacionales se encuentran delimitadas por bloques rocosos o depresiones de la tierra. Las investigaciones sobre el sitio han concluído que los habitantes de La Puerta eran probablemente los responsables de las sepulturas en los cementerios. Destacan, además, el carácter diversificado de su economía, pues la ublicación del sitio es estratégica en el acceso a recursos desde la cordillera al mar. Desarrollaron aquí también una ganadería de camélidos y una agricultura del maíz y el poroto. Apelando a su valor histórico, arqueológico y cultural, el Palalacio incaico de La Puerta es declarado Monumento Histórico en 1982. En la actualidad, continúa siendo objeto de investigaciones arqueológicas que pretenden establecer con mayor precisión su función en las sociedades prehispánicas.