Descripción

En el Canal de Chacao frente a la ciudad de Ancud, en el extremo oriente de la península de Lacuy, se ubica el Castillo San Miguel de Agüi. La construcción de esta antigua fortificación colonial se remonta a 1777 y pertenece a un conjunto de fortificaciones que eran parte de un sistema defensivo de la bahía de Ancud, antiguamente llamada San Carlos de Chiloé. Su estratégica posición geográfica responde a las necesidades militares de la época. Primeramente su edificación fue a partir de estacas de madera, como la mayoría de las primeras fortificaciones coloniales que se establecieron en el sur de Chile. Dos grandes fosos por el norte y sur, y un acantilado por la zona oriente eran sus límites. Recién en 1818 los muros del fuerte fueron reforzados con piedra cancagua. Junto a las baterías de Chaicura, Balcacura, y con los fuertes San Antonio y San Carlos, lograron proteger por décadas al poblado de ataques de piratas, corsarios y excursiones de otras potencias coloniales de la época.

Su inexpugnable accionar contribuyó en convertir a Chiloé en uno de los últimos bastiones hispanos de América del Sur. Ni siquiera las incursiones y asedio del navegante Lord Cocharane lograron vulnerarlo. Recién en 1826 Chiloé pudo ser anexado a la República, pasando este fuerte a ser parte de la naciente Armada de Chile. Por casi cien años continuó cumpliendo su función, quedando paulatinamente abandonado. El paso de los años contribuyó al deterioro del lugar. Luego de unas décadas los cañones quedaron enterrados entre maleza y tierra. Situación que empeorará con el terremoto de 1960, el cual impactó fuertemente su infraestructura.

Hasta 1991 que fue declarado Monumento Nacional, este valioso testimonio colonial de la historia de Chiloé estuvo prácticamente abandonado. Su denominación fue un impulso para profundizar tanto en el rescate material del inmueble, como en su historia de más de 230 años. Recientemente tras intensas gestiones el fuerte fue restaurado. Sus principales atractivos son un museo de sitio, nuevos miradores, los restos del polvorín y sus baterías de guerra. Con nueva infraestructura turística y la publicación de un libro sobre su historia, el Castillo de Agüi se posiciona como uno de los principales recursos patrimoniales de la zona.