Descripción

En la comuna de Quintero, Región de Valparaíso, específicamente en la ribera norte del río Aconcagua, se encuentra la antigua Hacienda Santa Rosa de Colmo. Consiste en diversos inmuebles que en su conjunto dan cuenta del pasado productivo de la zona. Parte de su reconocimiento se debe a que fue la última morada del destacado historiador y hombre público, Benjamín Vicuña Mackenna. En la ex-Hacienda se encuentra aún en pie la casa patronal, construcción neocolonial que data de mediados del siglo XIX. Presenta un diseño sencillo, con una planta de dos cuerpos rectos formando una T. Edificación de un piso de tipo alquería, con corredores abiertos hacia sus dos patios, pavimentados con arcilla y con pilares de gran simplicidad. Destaca el zaguán de su cuerpo central que sirve de acceso y comunicación del patio norte con el parque emplazado en el sur de la hacienda.

La estructura de sus muros es de adobe, con un espesor de 65 cm. y una armadura de techumbre y envigado con madera de pino Oregón. A su alrededor se encuentra la Bodega que data del siglo XVIII, con modificaciones de la segunda mitad del siglo XIX. Su construcción de dos niveles, tuvo originalmente un uso mixto de almacenaje y habitación. Destaca por su corredor abierto enmaderado en el segundo piso, con un techo de galpón inclinado adosado a uno de sus costados y una alta torre de madera que alojó una campana llamada "El Castillo". A esta le fue adosado un establo y granero, con lo cual se modificó su concepción arquitectónica de alquería. A fines de siglo se habilitó, en la parte anterior de la bodega, un espacio que se utilizó como capilla de misiones. Tanto esta construcción como la casa patronal están cubiertas por fierro galvanizado, el cual remplazó la teja de arcilla original. Además, en la propiedad aún existen varias casas de inquilinos de la misma época, situadas al borde de la clásica explanada de hacienda que une la casa, los galpones y los corrales. Históricamente, la Hacienda tuvo su origen en una merced de tierra del siglo XVI.

Con el correr de los siglos estas tierras contarán con múltiples propietarios. Será la Compañía de Jesús la que en el siglo XVIII adquirirá la propiedad y sumará nuevos predios colindantes que en su conjunto conformarán la Hacienda. Luego de múltiples sucesiones tras la expulsión de la orden, en segunda mitad del siglo XIX parte de ella fue heredada por Victoria Subercaseaux, esposa de Benjamín Vicuña Mackenna. Coincidió este periodo con el retiro de la vida pública del intelectual, quien dispuso de la casa patronal para recibir a su familia y a numerosas personalidades que lo frecuentaban. En tal periodo se formó un bello parque, con más de seis mil ejemplares de árboles nativos y exóticos. Tras la muerte de Vicuña Mackenna, la propiedad tuvo diferentes dueños, lo que derivó en un considerable maltrato de sus instalaciones. Finalmente, debido al proceso de Reforma Agraria se fragmentó la propiedad. Por sus atributos históricos y arquitectónicos, el conjunto fue declarado Monumento Histórico en enero de 1987. Meses después fue ratificado el decreto mediante el D.S. 314 con el fin de corregir la comuna donde se encuentra el monumento. Su estado actual es de bastante deteriorado, debido a los efectos tanto del terremoto de 1985 como el del año 2010.