¿De qué se tratan el ahorro y la inversión?
La diferencia entre los ingresos y los gastos de consumo de una persona o de una familia se llama ahorro. Cuando el dinero ahorrado se usa para adquirir un bien que generará ganancias, se está haciendo una inversión.
El ahorro ayuda a proteger el nivel de vida de las personas ante situaciones de pérdida de ingresos o posibles reducciones en el ingreso futuro, como la cesantía (falta de trabajo) o ante el aumento imprevisto de los gastos debido, por ejemplo, a una enfermedad.
Además, el ahorro permite acceder a bienes que tienen un costo importante en relación con el ingreso personal o familiar sin recurrir al endeudamiento.
Antes de invertir, es importante tener claro cuáles es el objetivo, qué es lo que se quiere obtener ahorrando. Por ejemplo, costear las próximas vacaciones, arreglar tu habitación o cambiar tu bicicleta.
Las metas que consiguen con un ahorro constante de sólo algunos meses, se conocen como objetivos de corto plazo. En cambio, si las metas financieras tienen que ver con reunir el pie para comprar una casa, el financiamiento de la educación futura de los hijos o ahorrar para mejorar las condiciones de jubilación, se trata de objetivos de mediano o largo plazo.
Una vez que se cuenta con un [[temas_ejemplos_inversion|plan de ahorro con un propósito determinado]], se requiere invertir el dinero ahorrado con el fin de obtener una ganancia.
La obtención de cierta ganancia, también llamada retorno o rentabilidad, debería permitir al menos que el dinero ahorrado no se devalúe en relación a la inflación (alza del costo del dinero). En otras palabras, una inflación en aumento puede hacer que el precio del dinero suba, por lo tanto, la ganancia obtenida de la inversión realizada, al menos debería permitir mantener el poder adquisitivo, es decir que el monto de dinero acumulado al menos permita comprar lo mismo que antes de ahorrarlo o invertirlo.
Es importante tener en cuenta que una inversión sólo es exitosa cuando se logra concretar el plan inicial, por lo cual al momento de elegir dónde invertir, es necesario considerar cuál es el riesgo que se está dispuesto a asumir y la rentabilidad que se espera obtener. También es importante tener en cuenta que habrá períodos en que se pueden aprovechar buenas oportunidades de inversión y otros en que el mercado no será especialmente atractivo para las inversiones, lo que a la larga permite compensar las fluctuaciones y obtener retornos más estables.
Por esta razón, si se tiene un horizonte de ahorro de largo plazo y no se desea correr riesgos, es recomendable el ahorro periódico y su inversión constante.
Para efectuar una buena inversión es necesario informarse acerca de las alternativas posibles, para poder comparar:
- la rentabilidad que ofrecen,
- el riesgo,
- las facilidades para rescatar su ahorro,
- los costos de administración que cobran,
- otras consideraciones de interés.
Para obtener información, se puede recurrir a las instituciones financieras como bancos, compañías de seguros, corredores de bolsa, administradoras generales de fondos, entre otras, las que deben explicar a sus clientes acerca de su portafolio de inversión, que está compuesto por diferentes instrumentos de inversión y los plazos en los cuales se debería obtener una ganancia.